La Sabiduría del Contacto

La sabiduría del contacto no se aprende en los libros. Se revela en el silencio de una mano que escucha, en la quietud que se instala cuando dos pieles se encuentran con respeto.

Es la inteligencia del cuerpo que sabe —sin palabras— cuándo acercarse, cuándo esperar, cuándo sostener. Es un lenguaje ancestral que despierta memorias, que disuelve corazas, que invita al alma a habitarse con más verdad.

Cada contacto consciente es una oportunidad de sanar. Porque cuando el tacto es auténtico, despierta algo más profundo que los sentidos: reconecta con la esencia, devuelve dignidad, y ofrece un refugio para el ser cansado.

La sabiduría del contacto no es invadir, es acompañar. No es imponer, es resonar.Es el arte de estar presentes con todo el cuerpo, con toda el alma, al servicio del bienestar del otro.